El sábado salimos muy muy temprano, mas temprano de lo normal porque había que coger el tren de las 7:30 desde Alcorcón Central que nos permitiese llegar al tren que sale de Atocha a Cercedilla y que enlaza con el primer "funi" que sube a Cotos. De todas formas es terrible, saliendo tan temprano para llegar a eso de las 10:20h cuando esta medio Madrid que sube en coche llenando los aparcamientos.Hasta tal punto que el vehículo de apoyo que nos acompañaría (Sonia) tuvo que aparcar en el Pto. de Navacerrada porque la Guardia Civil habiía cortado el paso y agradecer a ese amable conductor que se brindó voluntariamente a acercar Sonia hasta Venta Marcelino donde estabamos esperando.
A pesar de haber salido de noche y del inconveniente al llegar, el dia que se había levantado tenía una pinta excelente para hacer montaña, un sol radiante, sin viento, la nieve dura, una temperatura mas que agradable. 10:40, comprobamos el equipo, agua, crampones, piolets, botiquín, y la comida que no falte (el pan lo compramos en la mítica panaderia de Cercedilla que de toda la vida ha estado vendiendo pan a los montañeros), nos ponemos en marcha, camino a la Laguna Grande de Peñalara y de alli a las 5 Lagunas y despues a la de Los Pájaros.
Despues de rebasar la Laguna Grande, dejar atrás a los habituales "turistas sabaderos" y subir una ladera pedregosa y cubierta del piornal serrano, tomamos dirección E sobre un camino que se indicaba dirección Laguna de los Pajaros. La ladera Sur del macizo de Peñalara estaba preciosa, con unas vistas impresionantemente bellas del valle del Lozoya y de la ladera Norte de las Cabezas de Hierro, la Cuerda Larga, hasta el Pto. de la Morcuera y mucho más allá. La temperatura del día iba subiendo y guardamos el uniforme en el macuto y nos pudimos quedar sin problemas en manga corta, a tomar color!! y dejar atras ese blanquecino invernal con el que habíamos llegado por la mañana.
En otros tramos de la ruta la ladera se empinaba y habia que echar mano del piolet, incluso alguno se atrevio a lanzarse ladera a bajo para probar el "ramaseado"... pero el calor habia fundido la capa superior de la nieve y acababa frenando el rápido descenso. Tras dos horas de marcha, una tres y media desde la salida de Cotos, con tranquilidad, llegamos a la laguna y nos asomamos hacia Segovia, buscando lugar donde disfrutar de las suculentas viandas que habíamos traído de casa...
Emparedado de pierna de cerdo cocida y ahumada al estilo gallego (usease el típico bocadillo de lacon), montado de parrochitas o de lomo del atun blanco del norte al aceite de oliva extra pisado en frío con aroma de citricos valencianos (usease el bocata de sardinas o de atún con chorreón de jugo de limón), todo ello acompañado de unos embutidos de la tierra, y para terminar la exquisita crema catalana al aroma de la vainilla o el melocotón en almíbar.
Para terminar una reponedora infusión y sin faltar la tabletita de chocolate que nos lleno de buena temperatura, corria una brisilla serrana del norte... y animo el ambiente para las mejores risas y comentarios. Sin perder el horizonte que la magnífica vista de la Meseta Segoviana nos permitía alcanzar, La Granja, y no se hasta donde más recogimos los bártulos y dejamos constancia impresa en la cámara del paso de la Red con el fondo del Risco de los Claveles.
Para terminar una reponedora infusión y sin faltar la tabletita de chocolate que nos lleno de buena temperatura, corria una brisilla serrana del norte... y animo el ambiente para las mejores risas y comentarios. Sin perder el horizonte que la magnífica vista de la Meseta Segoviana nos permitía alcanzar, La Granja, y no se hasta donde más recogimos los bártulos y dejamos constancia impresa en la cámara del paso de la Red con el fondo del Risco de los Claveles.
Llegado el momento de la vuelta nos pusimos a recorrer el camino andado en parte y otro más próximo a las paredes de los claveles por lo que hubo que echaro mano a los piolets y crampones. Ya casi acabado el día cerramos la jornada a la espera del tren de vuelta disfrutando de un caldito reponedor y de los últimos rayos de sol antes de que se pusiera tras las cimas de Bola y Valdesquí.
En el tren de vuelta, tras dejar a Sonia nuestro acompañante del día en Navacerrada para recoger el coche y ya de camino a Madrid, recordamos los mejores momentos del día mientras hacíamos la evaluación de la actividad, momento en el que también hubo palabras de entrañable recuerdo a aquellos pioneros que tristemente hoy no nos pudieron acompañar.
Sirva esta crónica para hacer llegar a ellos y a todos los que nos visitáis parte de nuestras vivencias.
En el tren de vuelta, tras dejar a Sonia nuestro acompañante del día en Navacerrada para recoger el coche y ya de camino a Madrid, recordamos los mejores momentos del día mientras hacíamos la evaluación de la actividad, momento en el que también hubo palabras de entrañable recuerdo a aquellos pioneros que tristemente hoy no nos pudieron acompañar.
Sirva esta crónica para hacer llegar a ellos y a todos los que nos visitáis parte de nuestras vivencias.
¡Excelente excursión! y muy buena crónica :-) me hubiera encantado estar con vosotros...
ResponderEliminarSi esto es lo que hay que hacer más vida al aire libre ...